La
arquitectura vernácula al igual que todas las arquitecturas del mundo está
catalogada dentro su proceso histórico correspondiente, es decir que es
correspondiente a lo que está sucediendo en el lugar, más adelante nos podremos
dar cuenta que a pesar de que es perteneciente puede ser una solución a los
problemas ecológicos actuales, es una alternativa de solución sin ser
tecnológicamente costosa
En
el caso particular de la arquitectura vernácula es importante conocerla como
principio, a que se refiere y cuál es su sentido de pertenencia, entonces es
conveniente plantear las siguientes interrogantes: ¿Qué es la arquitectura vernácula? ¿A qué nos referimos cuando hablamos de arquitectura vernácula?
“A
aquella que nace de las necesidades funcionales y formales de una región, tanto
como del aprovechamiento de sus recursos naturales para construir la misma”.[1]
Existen
diferentes autores que nos definen este término claramente, como Amos Rapoport
define la construcción vernácula como aquella en la que no existen pretensiones
teóricas o estéticas; que trabaja con el lugar de emplazamiento y con el
microclima; respeta a las demás personas y sus casas y, en consecuencia, al
ambiente total, natural o fabricado por el hombre, y trabaja dentro de un
idioma con variaciones dentro de un orden dado.[2]
Christopher
Alexander es otro autor que la define
como una arquitectura ideal y le da
características que son perfectamente aplicables a la arquitectura vernácula.
Su arquitectura ideal tiene principalmente dos características
interdependientes: es intemporal y se puede vivir. Y esto se logra definiendo y
utilizando lo que él llama patrones de lenguaje que han estado presentes desde
siempre, considerando como patrón “una regla que describe qué debes hacer para
generar la entidad que define.”[3]
Además,
apoya la idea de que se ha olvidado la tradición arquitectónica cuando afirma
“…en nuestra época, los lenguajes se han quebrado. Dado que ya no son
compartidos, los procesos subyacentes se han roto y, en consecuencia, para
cualquier persona de nuestros días es prácticamente imposible dar vida a un
edificio.”[4]
En
resumen la arquitectura vernácula es una parte integradora y de pertenencia de
una cultura y un grupo situado en un lugar determinado, es así, que la
arquitectura de cada lugar debería de ser única por que la sociedad y el lugar
son únicos, aunque a veces similares pero cada uno con su sello distintivo e
irrepetible.
La arquitectura vernácula en el presente.
Como
ya se ha señalado, la arquitectura contemporánea ha perdido la conexión con la
arquitectura vernácula. Existen ejemplos de arquitectura actual que se adapten
al medio físico y consideren al edificio como un hábitat humano y no sólo como
un conjunto material dispuesto para dar abrigo. Desafortunadamente, son más los
ejemplos de lo opuesto.
La
necesidad de un país en desarrollo como el nuestro de estar a la par de la
modernidad de los países ricos, nos ha llevado explorar nuevas técnicas y
formas de construcción, que al ser más de “primer mundo” y más económicas,
desplazan a la construcción vernácula. En la actualidad, los materiales de
construcción derivados del concreto están al alcance de todos y por tanto son
los más utilizados, aún cuando en algunas regiones se sigan produciendo adobe y
ladrillo, ya sea de forma artesanal o industrial.
Pero
de la arquitectura vernácula hay que considerar más aspectos que van de la mano
con la selección de materiales. Su perfecta adaptación a las condiciones climáticas
es algo que se ha perdido en la actualidad cuando fácilmente resolvemos este
problema colocando aparatos de aire acondicionado.
El
cuidado de la imagen urbana también se ha perdido. Al recorrer las partes
antiguas de los centros urbanos y pueblos del noreste, es notorio el deseo de
sus antiguos pobladores de no desentonar con la edificación vecina, se respetan
las alturas, en las fachadas se observan ventanas y puertas que sin ser
idénticas logran armonizar unas con otras.
Poco
ha perdurado. Lo principal ha sido la concepción de un espacio propio. Antes
esto se hacía válido por que los edificios miraban al interior, al contrario de
la casa angloamericana que ve al exterior.[5] Ahora observamos una
especie de mezcla entre las dos formas, se dejan espacios abiertos frente a las
casas, pero éstas se cierran mediante rejas o bardas que delimitan la
propiedad, y por lo general ese espacio no tiene mucha vida, se utiliza
principalmente como cochera, es el patio trasero en el que se realizan
actividades de juego o convivencia familiar. Es importante en este punto
recordar las ventajas que ofrecen los esquemas de crujías con patios, son
suficientes para considerar su adaptación en la actualidad.
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